UNA BODA DE COLOR NEGRO.
(Dedicado a mi abuela y a muchas como ella que tuvieron que casarse con hombres que no quisieron, pero que las circunstancias las obligaron a ello. No hace tanto tiempo de todo esto. Conozco a tantas mujeres que tuvieron que hacerlo y en nuestro propio país...)
Hoy es el día de mi boda. Para una mujer, uno de los días más felices de su vida. Para mí es un día de triste. No hay más que ver mi cara. Las ojeras ocupan la mitad de mi rostro. Mi vestido: negro. Estoy de luto. Siempre he estado de luto. La verdad es que no recuerdo un solo día de mi vida que ese color no haya ocupado mis vestidos. Mi armario es un gran agujero sin fondo.
No me caso en la iglesia principal del pueblo. Eso sería de mal gusto, según mis vecinos. Tampoco me caso a las doce del mediodía. Son poco más de las seis de la mañana, la hora más decente para bodas que no tienen el canon establecido.
Mi marido es un hombre que quiere una criada por esposa. Un viudo con cuatro hijos, diez años mayor que yo. Un hombre con mal carácter, pero que tiene una casa. Todo el mundo me ha aconsejado que debido a mi situación de encontrarme sola en el mundo, es mi mejor opción. Total haré lo mismo que hasta ahora, ser esclava de alguien, pero al menos podré tener mi propia casa.
Mercedes es mi nombre, como mi buena madre que me tuvo que dejar cuando yo tenía dos años, porque esta vida era demasiado enorme para ella.
Entro por el pasillo de la ermita. Pocos invitados, el hermano de mi marido con su mujer, sus tres hijos y el padre de él. De mi parte, mi hermana que no para de llorar. Está enferma y presiente que poco va a estar en mi vida.
Miro a la Virgen de los Dolores con desamparo y amargura. El cura nos da la bendición y nos brinda aquel maleficio de hasta que la muerte nos separe.
Tampoco hay fiesta de boda. Hay mucho que hacer. Lo primero, preparar la comida de los animales. En los pueblos no hay vacaciones, ni fiestas de guardar.
El día pasa deprisa y la noche vuelve a aparecer. Tengo pánico. A pesar de mis veintiocho años, no me ha besado ningún hombre. Y el que tengo enfrente mío es un perfecto desconocido para mí.
Se le nota en la mirada que no me quiere. También sus palabras necias, desagradables y obscenas hacen que me sienta como alguien diminuto.
Llega la noche y con ella el temor de lo inevitable, de lo infrahumano, de la pérdida de la dignidad.
No hay delicadeza, no hay cuidado. No hay abrazos, ni besos, solamente lujuria desmedida y posesión animal. El sueño no viene a mí. Sólo las ganas de llorar y pensar que la vida es injusta y penosa. No me salen las lágrimas Me ahogo, no puedo respirar. Tengo ganas de vomitar y voy al retrete que hay justo detrás de la casa, fuera, en el patio. Sólo puedo recordar ese aliento pestilente a aguardiente del barato, ese sudor que se resbala sobre mi piel inmadura, virgen e inexplorada.
Cojo una pastilla de jabón. No queda resquicio de mi cuerpo que quede sin su presencia... Mi pesadilla sólo acababa de comenzar...
Más relatos sobre bodas impuestas
LA CARA OCULTA DE LA LUNA
http://lacaraocultadelalunaesrosa.blogspot.com.es/
LUCIA ESCRIBANO
http://lucia-m-escribano.blogspot.com.es/
TRACY
http://tracycorrecaminos.blogspot.com.es/
ALFREDO COT
http://alfredo-laplazadeldiamante.blogspot.com.es/2014/10/este-jueves-relato-matrimonio-impuesto.html
CASS
http://elbalcondecas.blogspot.com.es/2014/10/los-jueves-un-relato-matrimonio-impuesto_15.html
CARMEN ANDUJAR
http://carmenandujarzorrilla.blogspot.com.es/
MONTSERRAT SALA
http://msalaportagmail.blogspot.com.es/2014/10/el-relato-de-los-jueves.html
JUAN CARLOS
http://jwancarlos.blogspot.com.es/2014/10/hablando-de-matrimonios-impuestos.html
LAO PAUNERO
http://lao-narracionesordinarias.blogspot.com.es/2014/10/matrimonio-impuesto.html
NEOGÉMINIS
http://neogeminis.blogspot.com.ar/2014/10/este-jueves-un-relato-matrimonio.html
MAX ESTRELLA
http://tabladomarionetas.blogspot.com.es/2014/10/este-juevesrelato-matrimonios-impuestos.html
ROSA DESASTRE
http://lacaraocultadelalunaesrosa.blogspot.com.es/
EDUARDO
http://cartasquenofueronenviadas.blogspot.com.ar/2014/10/este-jueves-un-relato-matrimonio-por.html
Hoy es el día de mi boda. Para una mujer, uno de los días más felices de su vida. Para mí es un día de triste. No hay más que ver mi cara. Las ojeras ocupan la mitad de mi rostro. Mi vestido: negro. Estoy de luto. Siempre he estado de luto. La verdad es que no recuerdo un solo día de mi vida que ese color no haya ocupado mis vestidos. Mi armario es un gran agujero sin fondo.
No me caso en la iglesia principal del pueblo. Eso sería de mal gusto, según mis vecinos. Tampoco me caso a las doce del mediodía. Son poco más de las seis de la mañana, la hora más decente para bodas que no tienen el canon establecido.
Mi marido es un hombre que quiere una criada por esposa. Un viudo con cuatro hijos, diez años mayor que yo. Un hombre con mal carácter, pero que tiene una casa. Todo el mundo me ha aconsejado que debido a mi situación de encontrarme sola en el mundo, es mi mejor opción. Total haré lo mismo que hasta ahora, ser esclava de alguien, pero al menos podré tener mi propia casa.
Mercedes es mi nombre, como mi buena madre que me tuvo que dejar cuando yo tenía dos años, porque esta vida era demasiado enorme para ella.
Entro por el pasillo de la ermita. Pocos invitados, el hermano de mi marido con su mujer, sus tres hijos y el padre de él. De mi parte, mi hermana que no para de llorar. Está enferma y presiente que poco va a estar en mi vida.
Miro a la Virgen de los Dolores con desamparo y amargura. El cura nos da la bendición y nos brinda aquel maleficio de hasta que la muerte nos separe.
Tampoco hay fiesta de boda. Hay mucho que hacer. Lo primero, preparar la comida de los animales. En los pueblos no hay vacaciones, ni fiestas de guardar.
El día pasa deprisa y la noche vuelve a aparecer. Tengo pánico. A pesar de mis veintiocho años, no me ha besado ningún hombre. Y el que tengo enfrente mío es un perfecto desconocido para mí.
Se le nota en la mirada que no me quiere. También sus palabras necias, desagradables y obscenas hacen que me sienta como alguien diminuto.
Llega la noche y con ella el temor de lo inevitable, de lo infrahumano, de la pérdida de la dignidad.
No hay delicadeza, no hay cuidado. No hay abrazos, ni besos, solamente lujuria desmedida y posesión animal. El sueño no viene a mí. Sólo las ganas de llorar y pensar que la vida es injusta y penosa. No me salen las lágrimas Me ahogo, no puedo respirar. Tengo ganas de vomitar y voy al retrete que hay justo detrás de la casa, fuera, en el patio. Sólo puedo recordar ese aliento pestilente a aguardiente del barato, ese sudor que se resbala sobre mi piel inmadura, virgen e inexplorada.
Cojo una pastilla de jabón. No queda resquicio de mi cuerpo que quede sin su presencia... Mi pesadilla sólo acababa de comenzar...
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JUAN CARLOS
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LAO PAUNERO
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ROSA DESASTRE
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EDUARDO
http://cartasquenofueronenviadas.blogspot.com.ar/2014/10/este-jueves-un-relato-matrimonio-por.html
Vaya, publico mi relato y veo que a ti el tema te ha sugerido lo mismo...no nos hemos ido a lejanos desiertos sino que nos hemos quedado en purgatorios más cercanos. Besos y gracias.
ResponderEliminarMañana pongo tu enlace. Desde el iPad ahora no me deja. Realmente hay situaciones que no nos son tan lejanas. Saludos cordiales.
EliminarMuy duro Maribel, muy duro e intenso; pero esas cosas pasaban no lo olvidemos y no hace tanto.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Que ser malvado habrá inventado eso de casamiento, sobre todo lo del casamiento impuesto?
ResponderEliminarQué terrible!...qué espanto!...siempre las mujeres hemos sido el objeto de los más bajos instintos de los hombres que tantas veces ni siquiera saben lo que debería ser dignidad.
ResponderEliminarUn texto crudo y verídico. Contundente.
Un abrazo
No pude entrar ni al blog de Monserrat ni al de Lao. Debe haber algún error en los links
ResponderEliminarDesgraciadamente muchas mujeres siguen siendo tratadas como una cosa para diversión de sus parejas.
ResponderEliminarDura y cruda realidad, no tan lejana como algunas veces pensamos.
Besos
Ya están corregidos los links de Montse y Lao. Había que investigar un poquito.
ResponderEliminarTodo muy bien, te salió "viento en popa" Maribel, fue un gusto.... ¡muy conmovedor y bien expresado tu homenaje a tu querida abuela! genera "angustia ajena"! Saludos afectuosos
ResponderEliminarGracias. Mis puntos suspensivos indican que todo fue el comienzo de una gran pesadilla, como todo lo impuesto en esta vida. Desde luego, no conocer el amor es una gran desdicha.
EliminarDuro y amargo testimonio de una situación que no por habitual resulta menos incomprensible. El relato contiene la rabia y el asco que el hecho suscita, haciéndonos tomar partido por una victima más de esta sociedad que seguramente ya nació podrida.
ResponderEliminarBesos y gracias por la conducción.
Veo que aún hay varios textos no enlazados en la lista. Sería conveniente que los subieras apenas puedas.
ResponderEliminarGracias.
=)
Maribel, te aclaro que mi texto no quedó enlazado, el que sí está desde mi perfil es el de mi papá, Eduardo.
ResponderEliminarQuerida Mónica. No entiendo lo que me dices. ¿Has escrito un enlace y no lo he puesto? Si es así pónmelo y lo enlazaré. Disculpa si es así.
Eliminarjeje lo que pasa es que este es mi enlace http://neogeminis.blogspot.com.ar/2014/10/este-jueves-un-relato-matrimonio.html, que te dejé en el post anterior. El que figura como mío en tu lista -que yo te lo dejé- es el de mi papá, Eduardo.
EliminarUn abrazo y gracias por el interés
No quiero ser demasiado molesta, pero ahora faltaría agregar el de mi papá jejeje...gracias igualmente y perdón por las molestias
Eliminar=)
Eduardo http://cartasquenofueronenviadas.blogspot.com.ar/2014/10/este-jueves-un-relato-matrimonio-por.html
Ea chiquilla, que no doy una contigo, jajjajajaj, al final me vas a coger mania. Si es que el estres no es nada bueno, no,no. Besoossssss
EliminarMuchísimas gracias!
Eliminar=D