EL COMTE ARNAU

El todopoderoso conde Arnau se quedó maravillado de la gran belleza de Adelaida la abadesa de Sant Joan. Ella procedía de una modesta famIlia, con lo cual la única salida que veían a esa precaria situación era que su hija quedara en manos de las monjas de la abadía del pueblo. Conforme pasó el tiempo ella tenía ideas espléndidas que hizo que la abadía floreciera, era constante y a la vez humilde. Tenía un caràcter soñador que hacía que todo lo que tocaba se convirtiera totalmente en algo maravilloso por sencillo que pudiera parecer. Todo aquello la convirtió más adelante en abadesa del convento.
No tardó Arnau en hacerse pródigo visitiante de la abadía ofreciendo sus riquezas para que la prosperidad en el lugar se hiciera más que evidente, aunque las verdaderas intenciones no eran otras que seducir a la doncella de lindos ojos. Deseaba con lujuria su virginal cuerpo y no había noche que no pensara en conquistar aquella pertenencia.
Ella, al fin y al cabo mujer, agradecía sus lindas palabras, cinicamente pensadas para cautivar un corazón blanco. Le hizo promesas de amor eterno, de historias maravillosas que vislumbraban un futuro lleno de dicha y cariño.
-       ¡Oh , amada mía! Le dijo una tarde que precedía a una noche de luna llena- Esta noche iremos a mirar juntos el cielo y te hablaré de estrellas y  cuentos de hadas.
Aquella noche, sin hacer ruido Adelaida salió de la abadía, su corazón exultante se iba a reunir con el que creía el amor de su vida.
Los ojos del conde se llenaron de sangre que le circulaba a toda velocidad por todo su cuerpo al ver aquella bella mujer. Su corazón carecía de sentimientos, pero estaba lleno de deseo.
Pronto, la ingenua Adelaida se dio cuenta de las intenciones de Arnau y se negó rotundamente a ofrecer su cuerpo. Él la amenazó con un gran puñal. Ella lo cogió y fue quién se lo clavó en su propio corazón. Se sentía inmensamente culpable de haberle sido infiel a Dios. Su cuerpo yació inerte en el suelo. Pero, de repente, se escuchó el sonido de un hacha que hizo que la cabeza del conde Arnau cayera también al suelo.
Desde ese día, dicen que por esas tierras de Girona, se oyen los pasos del Conde Arnau que todavía no ha encontrado el camino de su alma...




El  conde Arnau, caballero de la nobleza nacido en Ripollés, barón de Mataplana, conde de Pallars, barón de Tosas, señor de Gombreny, de Aranyonet y de la Pobla de Lillet. Es uno de los mitos de las tierras catalanas. 

Comentarios

  1. Hermosa historia, Maribel. El deseo carnal, el instinto animal prevalecía sobre cualquier clase de sentimiento en el conde. Por contra, en el corazón de la abadesa prevalecían sentimientos muchos más puros que no permitió fueran mancillados. Las leyendas sobre amores imposibles son abundantes en la memoria popular. ¿Has escrito tu entrada para el jueves de leyendas de mi tierra que ha conducido H... Perla Gris?. Si es así se te olvidó enviarle el vínculo para enlazarte.
    Un abrazo.

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